Según informa el periódica Guardian, la marca de belleza de P&G tuvo que dar de baja su último comercial protagonizado por la directora de la revista femenina She, Eve Cameron, por considerarlo engañoso. El spot asegura que la nueva crema anti-age de Olay reduce la aparición de líneas y arrugas. Según la ASA (Advertising Standards Authority), entidad responsable de regular la publicidad en el Reino Unido, recibió 46 quejas y consideró que la información científica que acompaña la campaña puede ser engañosa.
La verdad es que en una época donde la salud es el leit motiv de muchas marcas, que usan y abusan de los médicos para promociones desde un yogurt hasta una crema cosmética, no está nada mal que alguien se fije no sólo en la fiabilidad sino en la forma de comunicar los datos «científicos» que acompañan el mensaje.