Es muy raro encontrar en este blog una intervención que denote personalización. Pero en este caso verán que es pura subjetividad. Charles Aznavour pasó por estos lares y dio una conferencia de prensa. No sabía cómo vincular su imagen a los temas de marcas. Pero sí sabía que tenías ganas de verlo de cerca. Me sorprendí al descubrir que muchos que no habían llegado a los treinta no sabían quien era, como si fuese un personaje de otros tiempos, ya perdido. Pero a mi me resuenan los temas que cantó como “Venecia sin ti” o “She”. Pensé en una amiga mía, fanática de esta figura y la invité a acompañerme al encuentro. Y así surgió este post, de su puño, su letra y su emoción. Me gusta respetarlo tal cual. No solo la impactó la figura del cantautor francés sino conocer la trastienda mediática, donde compiten los flashes con las preguntas express. Un mundo que a veces se parece a un “Surface World” como ella lo apoda en este post. Y bueno, ahora, los dejo con mi amiga…, le dicen Koyo, un apócope de su nombre Socorro. Y, por si no saben, yo, quien suscribo estas líneas soy Alicia Vidal (inventora de este blog en el cual también tiene un rol fundamental Pablo Badía, un coequipper de primera que todos los días me ayuda a darle vida a sitemarca).
Apuntes para algo más que una marca registrada del amor
(Que profunda emoción…)
Un salón de conferencias del elegantísimo hotel Sofitel de la calle Arroyo es la interfase en dónde se encuentran los dos mundos paralelos.
En uno vive el fenómeno inmenso de la comunicación, los personajes que lo habitan y el discurso que se sostiene para dar vida a la escena que nombraríamos como virtual.
En el otro, vecino, habitan y esperan las emociones, las personas asombrosas y la palabras que dan cuenta de aquello que toca el alma, aunque sea un instante. Se contactan poco pero cuando esto sucede es un milagro maravilloso y ser testigo de ello es un privilegio.
Hay que estar entrenado, entonces, para advertir al hombre detrás del micrófono. Es especial, es un gigante, y el “problema” es que es un maestro del sentido común. El habita los dos mundos.
Puede transitar los superfluos interrogantes de los maestros de la simplificación.
(no lo molestan). Por momentos, sin embargo, aparece plenamente cuando dice “quiero volver a casa… ”. Es su deseo y necesita comunicarlo para algún entrevistador distraído que esté dispuesto a escuchar.
El problema es que en la interfase no hay siempre palabras para nombrar quiero volver a casa.
Para nombrar afectos sólo hay algunas en disponibilidad. Se usarán para preguntar al personaje, no al hombre. Lo interrogarán acerca del amor. “Usted que se ha dedicado al amor”… Los ojos únicos, con aquella voz única mirarán con extrema comprensión y dirán: ”es que hay muchas clases de amor, a los hijos, a los amigos, el amor no es sólo de pareja”.
Los habitantes del vertiginoso Surface World precisarán de traductores para la mirada y la voz única. A la interfase llegarán informes certeros acerca del valioso fenómeno que es para El Hombre, El Gigante, “…el renacer de las canciones con textos, con poesía. Es un resurgimiento…” dirá el Hombre Unico.
En la interfase se interrogará acerca de quien es él y como registra su ser histórico la llegada de “lo nuevo” El dirá “que no lo inquieta lo nuevo que se adapta bien y que lo convoca lo genuino “
Y yo celebraré en su homenaje cantando: “He, maybe the face I can´t forget.”
Por Socorro Nievas